El divorcio no es solo un dolor de cabeza legal para los ricos y famosos, sino que a menudo es un espectáculo público. Desde desamores en Hollywood hasta desavenencias con la realeza, estas rupturas sonadas hicieron historia. Ya sea que involucraran escándalos, acuerdos absurdos o simplemente mala suerte, demuestran que el amor no siempre dura, especialmente cuando hay fama y fortuna de por medio.
Brad Pitt y Angelina Jolie: Brangelina ya no existe

Eran la realeza de Hollywood, pero incluso la realeza es destronada. Su romance comenzó en un set de rodaje, y su separación se sintió como una película trágica. A esto le siguieron batallas por la custodia y disputas de bienes.
Angelina sorprendió a todos al solicitar el divorcio en 2016. Salieron a la luz acusaciones de conflictos parentales y un altercado durante un vuelo. Brad negó haber actuado mal, pero su relación quedó dañada para siempre.
Antaño admirados por su labor humanitaria, se convirtieron en una historia con moraleja. Los fans aún discuten sobre si son el equipo Brad o el equipo Angie. Sus hijos probablemente desearían que no fueran celebridades en los tribunales.
Johnny Depp y Amber Heard: Un circo en el tribunal

Su relación era apasionada, pero su divorcio fue un infierno. Lo que empezó como un romance hollywoodense se convirtió en una guerra legal. Demandas, acusaciones y escándalos llenaron los titulares.
Ambos se acusaron mutuamente de abuso, lo que desembocó en un juicio público. Depp perdió papeles en películas, Heard enfrentó críticas e internet tomó partido. Fue un caos.
Tras años de batallas legales, Depp ganó su caso de difamación. Heard se mudó a España para escapar del escrutinio público. Su ruptura se convirtió en una historia de advertencia sobre amor, fama y malas decisiones.
Tom Cruise y Katie Holmes: La gran evasión

El apasionado romance entre Tom y Katie culminó en matrimonio y una hija. Su química parecía sacada de una comedia romántica, pero en realidad era más bien un thriller.
Katie solicitó el divorcio en 2012, supuestamente tomando por sorpresa a Tom. La separación alimentó las especulaciones sobre el papel de la Cienciología en su matrimonio. Su hija, Suri, se convirtió en el centro de atención.
Holmes obtuvo la custodia exclusiva y plena independencia. Cruise continuó con su carrera, evitando hablar públicamente del divorcio. Su historia de amor se desvaneció más rápido que una escena de Misión Imposible.
Kim Kardashian y Kanye West: Un reality show que salió mal

Kimye era la pareja perfecta en el paraíso de la cultura pop. Su boda fue extravagante, su vida un espectáculo, pero su separación fue aún más dramática.
El comportamiento errático de Kanye y sus desvaríos en redes sociales no ayudaron. Kim solicitó el divorcio en 2021, alegando diferencias irreconciliables. La custodia de sus cuatro hijos se convirtió en un problema importante.
A pesar del drama, Kim siguió adelante con nuevas relaciones. Kanye siguió acaparando titulares por sus declaraciones polémicas. Su ruptura fue tan agotadora como su matrimonio.
Jennifer Aniston y Brad Pitt: El desamor definitivo de Hollywood

Eran la pareja de oro de Hollywood, adorados por todos. Entonces apareció Angelina Jolie, y su cuento de hadas terminó más rápido que el final de una temporada de comedia.
Se dice que el romance entre Brad y Angelina comenzó en el set de rodaje. Aniston, sorprendida, se convirtió en la favorita de Estados Unidos de la noche a la mañana. La prensa sensacionalista se llenó de alegría con el triángulo amoroso.
Años después, Brad y Jen tuvieron un reencuentro amistoso, que despertó la esperanza. Pero no, no se reconciliaron. Algunas heridas, incluso en Hollywood, nunca sanan del todo.
Ben Affleck y Jennifer Garner: La triste pero civilizada separación

Ben y Jen parecían la pareja perfecta. Tres hijos, una vida plena y un sinfín de momentos en la alfombra roja. Pero entre bastidores, su matrimonio tenía sus problemas.
Los rumores sobre el juego, la bebida y el escándalo de la niñera de Ben no ayudaron. Anunciaron su separación en 2015, llevándola con gracia y madurez.
A pesar del divorcio, comparten la crianza de sus hijos como profesionales. Affleck posteriormente reanudó su relación con J.Lo. Jennifer Garner, por su parte, sigue siendo la reina de Hollywood, elegante y sin dramas.
Nicole Kidman y Tom Cruise: La salida de la Cienciología

Tom y Nicole eran la realeza de Hollywood. Su química en pantalla en Eyes Wide Shut fue intensa, pero su matrimonio en la vida real fue aún más complicado.
Se especuló sobre el papel de la Cienciología en su ruptura. Se dice que Nicole no compartía la devoción de Tom. Después de once años, se separaron en 2001.
Kidman se casó posteriormente con la estrella de country Keith Urban. Tom continuó su emocionante carrera. Su separación sigue siendo uno de los divorcios más analizados de Hollywood.
Demi Moore y Ashton Kutcher: La ruptura en Twitter

La relación de Demi y Ashton causó sensación desde el principio. Ella era una estrella de primera línea, él, una estrella de comedias cómicas y un poco disparatada. De alguna manera, funcionó, hasta que dejó de funcionar.
Los rumores de infidelidad rodearon a Ashton, lo que llevó a su divorcio en 2013. Demi escribió sus memorias, revelando detalles jugosos. Ashton siguió adelante con Mila Kunis.
Su separación demostró que las redes sociales no pueden salvar un matrimonio. Ni siquiera las publicaciones más fotogénicas de Instagram pueden ocultar las grietas de la vida real.
Madonna y Guy Ritchie: Una separación material

Madonna, la reina de la reinvención, no pudo reinventar su matrimonio con Guy Ritchie. Su relación parecía una mezcla de música, cine y encanto británico.
Se divorciaron en 2008 tras años de enfrentamientos, según se dice. Las diferencias en el estilo de vida, la crianza de los hijos y la incansable ambición de Madonna influyeron.
Madonna siguió conquistando la cultura pop. Ritchie siguió haciendo películas. Su matrimonio se convirtió en un recordatorio de que ni siquiera los íconos pueden lograr que los polos opuestos se atraigan para siempre.
Mariah Carey y Nick Cannon: El brillo se desvanece

Mariah y Nick eran una pareja inesperada pero adorable. Vacaciones de lujo, conjuntos a juego y grandes gestos definieron su matrimonio.
Todo se vino abajo en 2014. Las presiones profesionales, los diferentes estilos de vida y la creciente tensión llevaron a su separación. Crian juntos a sus gemelos, pero siguen separados.
Nick siguió adelante con varios hijos de diferentes parejas. Mariah, como siempre, siguió siendo fabulosa, demostrando que no necesita a nadie más que a sí misma.
El príncipe Carlos y la princesa Diana: un desastre real

Se suponía que sería la historia de amor perfecta de la realeza. Sin embargo, se convirtió en una de las rupturas más trágicas de la historia.
Carlos estaba enamorado de Camila. Diana se sentía atrapada en un cuento de hadas que salió mal. Sus peleas y amoríos públicos se desarrollaron bajo el escrutinio mundial.
La trágica muerte de Diana hizo que su divorcio fuera aún más desgarrador. Años después, Carlos finalmente se casó con Camila, demostrando que, a veces, el primer amor triunfa.
El príncipe Andrés y Sarah Ferguson: escándalo y dedos de los pies

Andrés y Sara tenían todo lo necesario para un matrimonio real duradero, hasta que los escándalos los dominaron. Amoríos, problemas financieros y titulares sensacionalistas los condenaron al fracaso.
Un sonado escándalo de “chuparse los dedos de los pies” echó más leña al fuego. Su divorcio en 1996 era inevitable, aunque sorprendentemente mantuvieron una buena relación.
A pesar de separarse, Sara continuó viviendo en la finca de Andrés. Algunos dicen que nunca lo superaron del todo, simplemente encontraron la manera de coexistir.
La princesa Margarita y Antony Armstrong-Jones: un escándalo real

La princesa Margarita, hermana de la reina Isabel, tuvo una vida amorosa digna de una telenovela. Su matrimonio con el fotógrafo Antony Armstrong-Jones comenzó de maravilla, pero fracasó estrepitosamente.
Las aventuras amorosas, las discusiones y las fiestas desenfrenadas les pasaron factura. Su separación en 1978 fue el primer divorcio real importante en la historia británica moderna. ¡Escandaloso!
El espíritu rebelde de Margarita la convirtió en un icono real. Antonio siguió adelante, y ella también. Pero su matrimonio fallido sigue siendo legendario en los círculos reales.
Richard Burton y Elizabeth Taylor: casados dos veces, divorciados dos veces

Richard Burton y Elizabeth Taylor fueron la pareja más dramática de Hollywood. Su pasión era intensa, sus peleas legendarias y su amor… muy complejo.
Se divorciaron en 1974, se volvieron a casar en 1975 y volvieron a divorciarse en 1976. Incluso para Hollywood, eso representa mucho drama en una relación.
A pesar de sus altibajos, siguieron siendo el gran amor del otro. Algunas parejas simplemente no pueden separarse, por muy complicadas que sean las cosas.
Frank Sinatra y Ava Gardner: Una historia de amor llena de drama

Frank Sinatra y Ava Gardner tuvieron un romance lleno de pasión, celos y discusiones legendarias. Su relación fue apasionada, pero al final, insostenible.
Tras años de altibajos, se divorciaron en 1957. A pesar de su separación, permanecieron unidos, demostrando que el amor nunca muere del todo.
Ava más tarde llamó a Frank el amor de su vida. Él sentía lo mismo. A veces, incluso las relaciones más complicadas dejan una huella imborrable.
Mick Jagger y Jerry Hall: La ruptura del rock and roll

Mick Jagger y Jerry Hall estuvieron juntos más de 20 años, pero nunca lo oficializaron. Su relación fue salvaje, glamurosa y llena de escándalos.
Jerry finalmente se hartó de las infidelidades de Mick y se fue en 1999. La batalla legal por su matrimonio no oficial fue tan complicada como su relación.
Mick, por supuesto, siguió viviendo su estilo de vida de estrella de rock. Jerry más tarde se casó con Rupert Murdoch, demostrando que, a veces, el rebote puede ser igual de impactante.
Reese Witherspoon y Ryan Phillippe: Un amor joven que salió mal

Reese y Ryan se conocieron a los veintipocos y rápidamente se convirtieron en la pareja de oro de Hollywood. Pero el amor joven rara vez dura, especialmente bajo los focos.
Para 2006, su matrimonio terminó, con rumores de infidelidad en torno a Ryan. Reese se centró en su carrera y alcanzó aún más éxito tras el divorcio.
La carrera de Ryan, por su parte, nunca llegó a alcanzar el nivel de Reese. Quizás el karma favorece a los ganadores del Oscar sobre los infieles.
Jennifer Lopez y Marc Anthony: El amor y la música no se mezclaban

J.Lo y Marc Anthony tenían una química innegable, tanto en el escenario como en la vida real. Pero después de siete años, su matrimonio llegó a un punto álgido.
Se divorciaron en 2014, pero mantuvieron una estrecha relación de crianza. J.Lo, por supuesto, continuó con su patrón de relaciones de alto perfil, hasta que finalmente regresó con Ben Affleck.
Marc se casó más, demostrando que el amor, como el pop latino, a veces se disfruta mejor en ráfagas cortas.
Britney Spears y Kevin Federline: Un desastre de telerrealidad

Britney y K-Fed eran la pareja por excelencia de principios de los 2000. Su romance fulgurante y su boda improvisada fueron tan impulsivos como una escapada a Las Vegas.
Para 2007, su matrimonio llegó a su fin. La crisis de Briney le siguió, lo que desembocó en una batalla legal por la custodia de sus hijos. K-Fed, sorprendentemente, salió con una imagen de responsabilidad.
Britney finalmente recuperó el control de su vida. Mientras tanto, K-Fed se desvaneció en la oscuridad, excepto cuando apareció para pedir otro aumento de manutención.
Ashton Kutcher y Mila Kunis (Casi): El divorcio que no se concretó

Un momento, ¿no eran la pareja perfecta? Sí, pero antes de Mila, Ashton estuvo casado con Demi Moore, y aquello terminó en un desastre total.
El divorcio de Ashton y Demi en 2013 estuvo lleno de rumores de infidelidad. Demi lo contó todo en sus memorias, dejando a Ashton en una terrible situación.
Más tarde se redimió al casarse con Mila Kunis. Resulta que algunas historias de amor simplemente requieren un desvío previo al divorcio.
Gwen Stefani y Gavin Rossdale: La niñera ataca de nuevo

Gwen y Gavin eran una de las parejas más geniales de rockstars, hasta que Gavin recurrió a la clásica estrategia de Hollywood: engañar a la niñera.
Gwen solicitó el divorcio en 2015 tras estallar el escándalo. Los fans quedaron desconsolados, pero Gwen se recuperó rápidamente con Blake Shelton.
Gavin, por su parte, mantuvo un perfil bajo tras el divorcio. Resulta que perder a Gwen Stefani no es bueno para tu carrera ni para tu imagen pública.
Miley Cyrus y Liam Hemsworth: Un romance de montaña rusa

Miley y Liam tuvieron una de las relaciones más intermitentes de la historia de Hollywood. Finalmente se casaron en 2018, pero se separaron meses después.
Su ruptura se transmitió a través de la música, con Miley lanzando himnos de desamor. Liam, mientras tanto, mantuvo el silencio y se dedicó a una vida más privada.
Miley sigue reinventándose. Liam sigue siendo un atractivo Hemsworth. Algunas historias de amor simplemente no están hechas para una secuela.
Halle Berry y Olivier Martinez: Corto y no tan dulce

Halle Berry ha tenido varios matrimonios desafortunados, pero su separación de Olivier Martinez en 2015 fue una de las menos dramáticas.
Alegaron “diferencias irreconciliables” y lograron mantener la calma. Aun así, Halle ha renunciado al matrimonio, lo cual es bastante revelador.
Olivier volvió a ser un atractivo francés. Halle se centró en sus hijos, su carrera y en no repetir los mismos errores.
Blake Shelton y Miranda Lambert: Un desamor en la música country

Blake y Miranda eran la pareja más poderosa de la música country, hasta que dejaron de serlo. Su divorcio en 2015 fue un desastre, con rumores de infidelidad.
Supuestamente Miranda se enteró de la separación por los medios, lo cual es brutal. Blake rápidamente pasó página con Gwen Stefani, lo que agravó aún más las cosas.
Miranda se centró en la música y en sus múltiples relaciones. Blake, mientras tanto, abrazó su nueva vida pop-country. Las canciones country de desamor prácticamente se escribieron solas.
Christina Aguilera y Jordan Bratman: El amor no los mantuvo a flote

Christina y Jordan Bratman fueron adorables al principio, pero su amor finalmente se apagó. Se separaron en 2010, alegando las habituales “diferencias irreconciliables”.
Christina admitió más tarde que se había casado precipitadamente. Rápidamente pasó página, demostrando que una voz espectacular no garantiza un final feliz.
Jordan, bueno, desapareció de los focos. Christina, mientras tanto, siguió prosperando, porque las divas siempre se recuperan.
Kris Humphries y Kim Kardashian: El matrimonio de 72 días

La boda de Kim K con el jugador de la NBA Kris Humphries fue más extravagante que las ganancias de toda la vida de la mayoría. Tan solo 72 días después, solicitó el divorcio.
La separación fue tan rápida que pareció un truco publicitario. Kris se defendió, pero el imperio Kardashian siguió adelante sin él.
Kim aprendió de la experiencia y más tarde se casó con Kanye. Kris regresó al baloncesto, donde al menos duró más que como esposo.
Russell Brand y Katy Perry: Un mensaje de texto de despedida

Katy Perry y Russell Brand tuvieron un romance peculiar que parecía divertido, hasta que dejó de serlo. Su matrimonio terminó en 2011 después de tan solo 14 meses.
Supuestamente, Russell le dijo a Katy que quería el divorcio por mensaje. No fue precisamente el gran gesto romántico que ella merecía.
Katy convirtió el desamor en éxitos musicales. Russell se reinventó como filósofo. La ruptura, al igual que su mensaje, fue breve y no muy dulce.
Channing Tatum y Jenna Dewan: Un paso adelante y luego un paso atrás

Channing y Jenna se conocieron en el set de “Step Up” y parecían una pareja de ensueño. Pero para 2018, la magia se había esfumado.
Su divorcio fue amistoso, aunque Jenna insinuó más tarde que no todo fue color de rosa. Channing rápidamente siguió adelante con otras relaciones de alto perfil.
Jenna hizo lo mismo, demostrando que incluso los romances más perfectos de Hollywood a veces simplemente no funcionan. Al menos todavía tenemos “Step Up”.
Ariana Grande y Dalton Gomez: Un romance en cuarentena que fracasó

El apasionado romance pandémico de Ariana y Dalton culminó en una dulce boda en 2021. Pero para 2023, todo terminó.
Según se informa, la distancia y las agendas apretadas llevaron a su separación. Ariana siguió adelante con Ethan Slater, lo que generó su propio drama.
Dalton volvió a ser agente inmobiliario de lujo. Ariana, como siempre, siguió cantando sobre el amor, la pérdida y las emociones fuertes.
Scarlett Johansson y Ryan Reynolds: Un matrimonio que nadie recuerda

Antes de Blake Lively, Ryan Reynolds estuvo casado con Scarlett Johansson. Su unión fue tan privada que mucha gente olvida que ocurrió.
Se divorciaron en 2011, alegando la típica razón hollywoodense: “agendas apretadas”. Ninguno de los dos lo habló públicamente, manteniendo la elegancia.
Ryan siguió adelante con Blake, y Scarlett pasó por otro matrimonio antes de sentar cabeza. Algunas historias de amor simplemente no están hechas para secuelas.
Drew Barrymore y Tom Green: El matrimonio más extraño de la historia

Drew Barrymore y Tom Green eran una pareja peculiar. Su matrimonio en 2001 duró cinco meses antes de terminar.
Nada de peleas dramáticas, solo dos personalidades completamente diferentes que no encajaban. Tom bromeó al respecto más tarde, demostrando que al menos tenía sentido del humor.
Drew pasó a relaciones más estables, y Tom, bueno, siguió siendo Tom Green. Hay cosas que no se hacen en serio.
Donald Trump e Ivana Trump: una explosión multimillonaria

Su matrimonio fue glamuroso, pero su divorcio fue aún más extravagante. Donald e Ivana Trump eran la pareja más poderosa de los 80, hasta que estalló el escándalo.
Surgieron rumores sobre el romance de Donald con Marla Maples, lo que llevó a una separación pública y confusa en 1992. Ivana recibió un cuantioso acuerdo y frases ingeniosas.
A pesar del drama, Ivana declaró posteriormente que seguían siendo amigos. Donald, por supuesto, contrajo más matrimonios y tuvo una carrera política bastante agitada.
Donald Trump y Marla Maples: una unión efímera

Donald dejó a Ivana por Marla Maples, pero este matrimonio no duró mucho. Su boda en 1993 fue ostentosa, pero el romance se desvaneció rápidamente.
Para 1999, se divorciaron y Marla se alejó un poco del foco de atención. Su hija, Tiffany, se convirtió en la Trump más discreta.
Marla se mantuvo relativamente tranquila después del divorcio. Mientras tanto, Donald se mudó con Melania, demostrando que estaba tan comprometido con los matrimonios como con los negocios.
Arnold Schwarzenegger y Maria Shriver: Un escándalo del tamaño de Terminator

Arnold y Maria eran la pareja ideal, hasta que un gran escándalo puso fin a su matrimonio. Resulta que Arnie tenía un secreto.
En 2011, se reveló que había tenido un hijo con su ama de llaves. Maria, comprensiblemente, solicitó el divorcio después de 25 años juntos.
A pesar de la traición, mantuvieron una relación amistosa por sus hijos. Arnold continuó haciendo películas, mientras Maria se centró en el periodismo y, bueno, en no estar casada con un Terminator.
Bill y Melinda Gates: una ruptura de mil millones de dólares

Tras 27 años de matrimonio, Bill y Melinda Gates sorprendieron al mundo al anunciar su divorcio en 2021. No se trataba solo de dinero, sino de algo personal.
Surgieron informes sobre los vínculos de Bill con Jeffrey Epstein y supuestos romances laborales. Sea cual sea el motivo, Melinda se llevó una considerable fortuna.
Se comprometieron a continuar juntos con su labor benéfica. Pero, siendo sinceros, dividir un imperio de 130 000 millones de dólares es más complicado que depurar Microsoft Windows.
Al Gore y Tipper Gore: una separación sorprendente

Tras 40 años de matrimonio, Al y Tipper Gore se separaron en 2010. Sin escándalos ni peleas, solo dos personas que se distanciaban.
La pareja, conocida en su momento por sus icónicas muestras de afecto, decidió separarse discretamente. La vida política les había pasado factura, y el amor simplemente se desvaneció.
A diferencia de muchos divorcios políticos, el suyo se mantuvo sin dramas. Sin libros reveladores, sin despotricar en Twitter, solo una despedida digna de un largo matrimonio.
Jeff Bezos y MacKenzie Scott: El divorcio más caro de la historia

Jeff y MacKenzie Bezos estuvieron casados durante 25 años antes de separarse en 2019. ¿La razón? El romance de Jeff con Lauren Sanchez.
MacKenzie se embolsó 38 mil millones de dólares, convirtiéndose instantáneamente en una de las mujeres más ricas del mundo. Invirtió ese dinero de forma responsable, donando miles de millones.
Jeff, mientras tanto, siguió lanzando cohetes y saliendo con Sanchez. Su divorcio demostró que, tanto en el amor como en los negocios, lo importante es el acuerdo.
Elon Musk y Talulah Riley: casados dos veces, divorciados dos veces

Elon Musk y Talulah Riley abordaron el matrimonio de una forma única. Se casaron, se divorciaron, se volvieron a casar y volvieron a divorciarse.
Su relación intermitente dejó a la gente en la incertidumbre. Al final, parece que el amor no fue tan fácil de construir como un Tesla.
Musk pasó a otras relaciones, mientras que Talulah persiguió su propia carrera. Resulta que incluso los multimillonarios tienen dificultades con las relaciones.
Rupert Murdoch y Jerry Hall: El divorcio por correo electrónico

El magnate de los medios Rupert Murdoch y la actriz Jerry Hall sorprendieron a todos con su separación en 2022. ¿Cómo se enteró ella? Por correo electrónico.
Tras seis años de matrimonio, Murdoch se separó con un simple mensaje. Al parecer, los multimillonarios no suelen tener rupturas largas.
Según se informa, Jerry se marchó furioso, mientras Murdoch se preparaba para su siguiente paso. Una lección de cómo no afrontar una ruptura.
Paul McCartney y Heather Mills: Un error costoso

Sir Paul McCartney y Heather Mills tuvieron un romance apasionado, pero su divorcio fue todo menos armonioso.
Tras una amarga batalla legal, Heather se llevó 48 millones de dólares. Quería más, pero tuvo que conformarse con ser rica en lugar de la fortuna de los Beatles.
Paul, siempre caballero, rara vez hablaba mal de ella. Pero digamos que probablemente prefiere las canciones de amor a las batallas legales.
Roman Abramovich y Dasha Zhukova: una ruptura multimillonaria

Roman Abramovich, el oligarca ruso, y Dasha Zhukova tuvieron un matrimonio perfecto, hasta que dejaron de serlo. Su separación en 2017 fue sorprendentemente discreta para un divorcio multimillonario.
Sin grandes disputas públicas, solo una división civil de bienes. Por supuesto, dividir una fortuna de miles de millones requiere mucho papeleo y contables expertos.
Dasha emprendió una nueva vida, mientras Abramovich se centraba en sus negocios. Cuando se es tan rico, incluso un desamor es solo una transacción financiera más.
Michael Jordan y Juanita Vanoy: una pérdida de 168 millones de dólares

Michael Jordan fue un campeón en la cancha, pero su divorcio de Juanita Vanoy fue una gran pérdida. Se separaron en 2006 después de 17 años.
Juanita obtuvo un acuerdo récord de 168 millones de dólares. Eso supera algunos contratos de la NBA, lo que la convierte en una de las auténticas MVP.
A pesar del costo, Jordan se volvió a casar. De hecho, demostró que no teme asumir riesgos financieros, dentro y fuera de la cancha.
Tiger Woods y Elin Nordegren: El escándalo de trampas que dio la vuelta al mundo

Tiger Woods y Elin Nordegren parecían la pareja perfecta. Eso fue así hasta que el mundo se enteró de la larga lista de amoríos de Tiger.
Tras una dramática confrontación con un palo de golf, su divorcio en 2010 era inevitable. Elin recibió un acuerdo de 100 millones de dólares y salió airosa.
La carrera de Tiger sufrió un duro golpe, pero finalmente se recuperó. Aun así, su nombre sigue siendo sinónimo de escándalo. Hay lecciones que no se aprenden fácilmente.
Jesse James y Sandra Bullock: Del Óscar a los papeles del divorcio

Sandra Bullock estaba en la cima del mundo tras ganar un Oscar en 2010. Entonces, se supo que su esposo, Jesse James, la había engañado.
La humillación pública fue brutal. Sandra solicitó el divorcio rápidamente y se centró en criar a su hijo adoptivo como madre soltera.
Jesse intentó reparar su reputación, pero su carrera nunca se recuperó del todo. Mientras tanto, Sandra prosperó, demostrando que el éxito es la mejor venganza.
Britney Spears y Jason Alexander: El matrimonio de 55 horas

Antes de K-Fed, Britney Spears tuvo un matrimonio aún más corto. En 2004, se fugó con su amigo de la infancia Jason Alexander a Las Vegas.
Tan solo 55 horas después, el matrimonio fue anulado. El equipo de Britney alegó que no estaba en su mejor estado de ánimo, lo cual probablemente se queda corto.
Jason intentó posteriormente colarse en su boda de 2022 con Sam Asghari, demostrando que nunca superó su vida. Britney, como siempre, siguió siendo la reina de las decisiones impredecibles.
Rudy Giuliani y Judith Nathan: El colapso público

El tercer divorcio de Rudy Giuliani fue un espectáculo. Su matrimonio con Judith Nathan terminó en 2019 y no fue nada tranquilo.
Salieron a la luz informes de peleas públicas a gritos, disputas financieras y el extraño comportamiento de Giuliani. El proceso de divorcio fue tan caótico como su carrera política.
Judith ganó la batalla legal, dejando a Rudy con una reputación manchada. Resulta que ser el “alcalde de Estados Unidos” no te convierte en un buen esposo.